(Carlos Campoy)
Tengo la llave que abrirá tu corazón, o tal vez no. ¡Me equivoqué? Pues... lo siento, me arrepiento, no era la ocasión. Vuelves la vista hacia las sombras del rincón del porvenir, y te da miedo el momento en que haga falta que tú estés allí. Vives encerrada detrás de un cristal Crees que tu reflejo es el mundo exterior. Escapa de las sombras en tu alfombra y, sin pensarlo, ve volando hacia el resplandor. Tengo una duda que no tiene solución, o, a lo mejor, más que un problema es un cuento que me invento en contra del reloj. Si quisieras ayudarme con el secreto de tu soledad, abriríamos la jaula de los lamentos, y, al salir, romperán la mordaza que te impide hablar.