(Miguel Bañón)
Bailando en la oscuridad, acércate un poco más, bailando en la oscuridad no hace falta hablar. Apriétate bien contra mí para que pueda sentir cada sutil pulsación de tu corazón. Te oigo respirar, tu aliento rozando mi piel, no me hace falta más. Solos tú y yo, bailando en la oscuridad de mi habitación. Abrázame fuerte y verás que así no se está nada mal, y vamos despacio, tenemos todo el tiempo del mundo.